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martes, 6 de junio de 2017

Food Truck Festival Burgos 2017

¡¡Este finde no cocino yo!! Esa fue la frase que me vino a la cabeza cuando vi el cartel del festival de food trucks que publicaron en las redes sociales hace una semana... ¿Y qué narices es eso de "Food Truck", diréis? Pues es una furgoneta con espacio para cocinar y para vender lo cocinado por uno de sus costados, lo que se ha hecho siempre, pero ahora dando una calidad y cantidad superiores, se supone. En nuestro querido y adorado idioma y como mejor suena: las Gastronetas.


Empezaré por poner las cosas bien claras desde ya mismo para que nadie se sienta triste al final: MENUDA DECEPCIÓN.
Comenzaba la oferta con 15 food trucks que por más que conté los dos días que pasé por allí no pasaban de 13.
Después de varias pasadas por delante de las "gastronetas" exhibidas pude comprobar que las  que había de Burgos dejaban mucho que desear en general.
Una de la susodichas era la de "El Pez", conocida "gastrotienda" de nuestra ciudad, que me dá la sensación que se está especializando en "vender aire", Y así me lo ha confirmado en esta feria de food trucks con su Gastroneta "La Rulo". El hecho de llamar "Emboscada de chorizo" o "nosequé de morcilla" a un mollete de pan con chorizo o morcilla respectivamente no excusa el hecho de poner un puesto de comida y cobrar un pincho que se cobra normalmente a poco más de un euro a 3 o más, y el hecho de hacer un enrollado con una tortita de trigo con salsa picante no lo convierte en un "rulo mejicano".
Lo mismo me ha pasado con la food truck de "La Demanda". Una Food Truck de un conocido "restaurante" burgalés, La Jamada (y las comillas son porque desde el primer día a mí me ha parecido y me ha demostrado ser una hamburguesería con pretensiones), que incluso el primer y el segundo día se permitieron abrir al público cuando a ellos les vino bien (seguid así, muchachos, seguro que el Chef Antonio Arrabal os puede dar de comer durante lustros antes de que se apague su estela. En fin...). El caso es que su oferta se limitaba a dos hamburguesas y un bocadillo que no llamaban para nada la atención.
Tampoco probé los "Churros Numerosos" que tenían amplia oferta para celíacos, a pesar de que me llamó la atención su oferta de comida murciana teniendo yo familia allí (chicos, hay que renovar esa imagen de churrería de los 80). Y la "Foodtruck Burgos" no me llamó la atención por ser muy asequible a diario la oferta que tenían (morcilla, chorizo, solomillo...), al igual que "Carniceros Viajeros", que no salían de unas cuantas hamburguesas sin más...
Sí que fué un grato descubrimiento la cerveza burgalesa "Tesela" (Tradicional Roble) que servían en el bar, que me sorprendió por su sabor y aroma y que buscaré en cuanto pueda para volver a degustarla.
A continuación os hago relación de los catados y sus defectos y virtudes.

Cuaderno de bitácora del Food Truck 2017, Dia 1:
 - Como no voy a poder estar los tres días que dura el festival (sólo puedo venir viernes y sábado pero el domingo no), he decidido aprovechar a tope el viernes y el sábado y comer y cenar los dos días en las gastronetas para poder catar lo más dispar posible. Salgo de currar a las 14 horas pasadas. Bajo con la moto, la aparco en el lateral del Museo de la Evolución Humana cruzando los dedos para que no llueva tanto como amenaza el cielo. El espacio preparado con los bancos montados por la organización y el sol que acompañó este primer momento junto al río propició un entorno genial para disfrutar del evento...si hubiera seguido así todo el fin de semana.


 - Extrañamente cuando aparco mi montura empieza a brillar el sol entre las nubes y nos brinda una pequeña tregua... Llego a donde están aparcadas las Gastronetas y echo un vistazo a las expuestas recordando el planning expuesto por la organización, y caigo en que hay menos de las ofertadas (problemas de transporte -pienso- mañana estarán). Y echo un vistazo a las que más me llamaban la atención sobre el papel del programa inicial.
Como llevo desde las 7 de la mañana currando y son ya más de las 14:00, la "gusa" me hace buscar algo contundente y grande para comer de una sentada y sin moverme demasiado.
Una de mis prioridades en el programa fué la comida japonesa. En Burgos hay poca opción y limitada y en cuanto ví la posibilidad de probar algo distinto en este campo no me lo pensé: Pic Nipo.


La verdad es que tampoco tenía una oferta demasiado variada, pero lo que ofrecía era apetecible. Pollo frito estilo japonés con variadas salsas, fideos udon estilo japonés y poco más. Como los udon me los preparo a menudo en casa y quería probar algo diferente, me decanté por el plato de pollo frito japonés (Karaage) con arroz y una salsa barbacoa japo que estaba muy buena. El pollo crujiente y sabroso, la salsa muy rica y el arroz cocido estilo japonés muy correcto. 7 euros para un plato que perfectamente es una comida completa. Me quedé con ganas de probar una de las cervezas japonesas que no conocía porque el Excelentísimo no les había dado de alta la luz hasta media hora antes de abrir las puertas, así que estaban aún como caldo y no quisieron servírmela lógicamente.


Como echando cuentas me dí cuenta de que en dos días no me iba a dar tiempo para probar la mayoría de los puestos, me "sacrifiqué" y me fuí a por un postre al darme cuenta de que existía tal posibilidad. Siguiente Gastroneta: Crepería School Bus.


La oferta de esta Food Truck o Gastroneta era bastante amplia, la verdad que la más amplia de todas las expuestas. Ofrecía crepes tanto dulces como saladas y el servicio era rápido y amable como se debe a este tipo de negocio. Mi elección fué una crepe rellena de dulce de leche que me deleitó bestialmente y que me costó terminar por su tamaño (4 euros,pero bien grande).


Tras tanto exceso, un cafelito y una siesta en casita mientras el cielo tronaba y descargaba mucha rabia contenida. Unas horas más tarde, y viendo que el cielo daba otra pequeña tregua, me atrevo a intentar el segundo asalto en forma de merienda/cena antes de que el diluvio vuelva a la carga.
Esta vez voy a por otro de mis objetivos planeados: la Gastroneta de "Pura Vida", esta vez producto local de Burgos. Me había llamado la atención su oferta de "comida vietnamita, tailandesa y bollos preñaos"...


Siguiendo en mi búsqueda de algo distinto a lo que tengo al alcance a diario en mi ciudad, me tiré a por ese toque vietnamita o tailandés. La verdad es que bollos preñaos sí que ofrecían (incluso un anexo aparte de la camioneta sólo para ellos), pero su oferta se limitaba a un picado de pollo supuestamente balinés, el bocata "según ellos típico" cubano (que no tiene nada que ver con el de verdad, que sí conozco) y otro par de cosas que poco más aportaban aparte de ser para veganos. Mi error fué el dar el voto de confianza y pedir el picado de pollo (ya que el bocata cubano nada tiene que ver con lo que ofertaban como tal), creyendo que iba a experimentar los sabores de la comida balinesa al hacerlo... Un pan de pita con lechuga, maiz, pechuga de pollo salteada con pimiento, una salsa de yogur, cebolla crujiente de bolsa... Muy decepcionante e insulso, un amago de kebab aburrido y sin ninguna gracia, y creo que por 5 o 6 euros si no recuerdo mal.



Me fuí a echar unas cervezas con cierta decepción y a desear que el siguiente día fuese más satisfactorio.

Cuaderno de bitácora del Food Truck 2017, Dia 2:

Tras la decepción de ayer al ver que eran menos food trucks de los anunciados y que la oferta tampoco era nada del otro mundo, volví al recinto esperando ver los ausentes del día anterior. Cuan grande fué mi decepción al ver que eran los mismos y que además algunos se habían permitido el no abrir a la hora estipulada en el programa... En fin, así funcionan las cosas y así ganarán los que no quieren trabajar, me dije.
Hoy no quería comer sólo en un sitio, así que busqué opciones más de "picoteo" para poder probar más de un puesto y poder opinar más ampliamente dentro de mis limitaciones de tiempo y apetito.
Uno de los food trucks de la feria era especialista en salmón rojo y bacalao de alaska, y la verdad es que me quedé con las ganas de probar su ceviche de salmón o su tartar de bacalao, pero buscando como he dicho algo de "picoteo", me decanté por su pincho de sardina ahumada.


La verdad es que se trataba de un mini-bocadillo a base de un filete de sardina ahumada bien generoso, tomate maduro recién cortado, lechuga trocadero y alioli de ajo negro. Unos sabores que combinan bestialmente y que me han dado muchas ideas para futuros platos. Además de conocer una cerveza muy rica con el mismo nombre de la food truck: Irrintzi. Exquisita cerveza y exquisito pintxo (aunque algo caro, unos 4 euros). Además, el encargado de este food truck un auténtico profesional de detrás del mostrador, explicándote bien todo lo preciso tanto de la comida como de la bebida, y gran conocedor de las cervezas artesanas.


Iba ya a rematar la comida del día con otra posible cata de pequeña porción, por lo que el food truck de Mc Anudo's (parrilla argentina) no podía entrar en mis planes, ya que sólo servía raciones abundantes bien de brochetas a la parrilla o bien de bocadillos no precisamente pequeños de diferentes carnes a la brasa. Eso sí, tenía cola de gente esperando (buena señal) y olía de vicio su Gastroneta.
También descarté las Gastronetas "Pavo Pangón", porque me dió la sensación de ofrecer poco más que perritos calientes y "Retrochicken", ya que el pollo frito me sale muy rico y barato en mi casita.

Me había dado al ojo la oferta de otra Gastroneta, "Taberna Galaica", con jamón asado gallego. Mi primera impresión al verlo sobre papel no me atrajo demasiado, pero cuando ví los jamones asados a baja temperatura durante 7 horas no me pude resistir a probarlos...


¡Daban ganas de pegarles el mordisco directamente!
Pedí medio bocata de jamón asado (3 euros)... y empecé a babear. Jugoso, sabroso, buenísimo... toda una delicia, tan simple y sencilla.


También coincidí con un pequeño "showcooking" que realizó la organización (aunque realmente lo único que hicieron fué el montaje de un pincho frío) y que luego ofrecieron a catar a los asistentes. Un "chupa-chups" de pollo escabechado, morcilla y manzana preparado por los chicos y chicas del Instituto Politecnos de Burgos.




En conclusión, agradecido por que en Burgos haya más ofertas de gastronomía, pero muy defraudado por la mala responsabilidad mostrada tanto por los participantes que no han acudido, como por los participantes que sí han acudido pero con una oferta muy pobre o pésima o con muy poca seriedad en los horarios, y por el clima que ha hecho (aunque eso no se lo puedo atribuir a nadie).

lunes, 13 de febrero de 2017

Restaurante Mayorazgo de León (Santa Colomba de Curueño-León)

¡Feliz nueva semana a todo el mundo! Este fin de semana, durante un viaje exprés a la provincia de León, he podido ser testigo y afortunado catador/comensal/huésped de un pequeño restaurante situado en una bonita población leonesa llamada Santa Colomba de Curueño. El restaurante en cuestión se llama "Mayorazgo de León", y no puede haber duda alguna que de verdad eleva el nombre de León y de su gastronomía a cotas muy altas.
Pocas veces tiene una persona oportunidad de poder disfrutar de una comida que aúne con tanto acierto y tanto respeto el producto de la tierra con una cocina tradicional renovada con técnicas y combinaciones frescas y sorprendentes, de un buen gusto y un acierto exquisitos y con un cariño y devoción tras los platos que se transmite en cada bocado.



La fachada está bastante más bonita que como se aprecia en las fotos, más luminosa y con una rotulación más grande, pero no me dí cuenta de sacar una foto de ella. Podéis ver más fotos e información en su página web: Restaurante "Mayorazgo de León". Obligado ir con reserva previa para que el Chef nos pueda preparar todas las elaboraciones.
Además del buen hacer en la cocina podréis tener la suerte de conocer a dos grandes personas como son Gonzalo y Jesús, Chef y Jefe de Sala, padre e hijo, que os harán sentir como en casa propia o incluso mejor si cabe. La pasión por la cocina que Gonzalo transmite con sus explicaciones del menú que va a servir o el proceso de creación o transformación de alguno de los platos hace que antes de sentarse uno a la mesa los jugos gástricos se pongan en funcionamiento ante la previsión de lo que se va a degustar. Así mismo acompaña cada plato en concreto durante la comida con una explicación detallada, ofreciendose incluso a explicar cada receta a quien lo requiera.
De entrada, el lugar en sí es tan discreto y humilde que hace que su nivel culinario destaque aún más por no ser lo que podrías esperar al entrar a un local con esas características.

Comenzamos pues la gratificante experiencia tras las explicaciones del Chef Gonzalo sobre el menú:


La forma de abrir las papilas gustativas y el olfato por parte de Gonzalo es un bocado de "Aire de Naranja", sutil a la par que fresco y original, ya que normalmente el uso que se les suele dar a estos aires o espumas es casi meramente decorativo y suele pasar bastante desapercibido, al ser eclipsado por el resto de componentes del plato. En esta ocasión toma más protagonismo y hace que el comensal aprecie de verdad lo que es una espuma o aire y comprenda que tiene un papel marcado como tal.
Si alguien, a la vista de este comienzo piensa "vaya, ya estamos con la cocina modernilla y minimalista, a pasar hambre toca" que se lo quite de la cabeza, ya que nada más lejos de la realidad. El menú que nos plantea Gonzalo es un "crescendo" en el que cada plato es más complejo y abundante que el anterior, logrando que los comensales acaben bien saciados y felices... Y LO CONSIGUE.


Seguimos con el primero de los entrantes llamado "Puntas de Pollo", consistente en bocados generosos de contramuslo de pollo deshuesado con una cubierta de patata sobre una emulsión de pimiento asado. La carne jugosa y suave, el exterior crujiente y agradable y la emulsión realmente exquisita (y algo a reproducir en casa en cuanto pueda, jejeje). El plato de la foto fué para cuatro personas, por lo que ya entramos en 3 bocados por persona, que es buena ración.


Echando mano a los buenos productos de la tierra leonesa consigue Gonzalo que sigamos disfrutando con unos "Rollitos de Cecina de León con Mango y Queso de Santa Colomba de Curueño". El toque fresco y dulce del mango y el salado del rico queso envuelto con la cecina más sabrosa y tierna que he probado evocan el concepto de "melón con jamón", pero a un nivel muy superior. Como veis, de nuevo varios bocados por persona, así que de pasar hambre nada.


Llegamos al verdadero summum del menú, con un plato que nos sorprendió y agradó a un nivel bestial. Un verdadero placer para los sentidos que casi acabó de llenar nuestros estómagos, todo lo de después fué pura gula. Se trata de un "Mazapán de Morcilla con Pera confitada" en el que la combinación de sabores está muy bien ideada, su textura es muy agradable y los acabados con los crujientes tan sutiles y tan acertados hacen de éste plato toda una obra de arte de la creación culinaria de la mano del Chef Gonzalo. Un bizcocho esponjoso y con la humedad justa que transmite un sabor nada agresivo de morcilla de León, que está coronado con trozos de pera confitada (la cual nos explicó Gonzalo que se lleva a ebullición y se enfría ¡hasta 10 veces!, consiguiendo una textura y aroma impresionantes). Rematado todo ello con unas gotas de reducción de vino Sansón (muy parecido a la quina). Estoy deseando poder volver a probarlo.


¿Qué decís? ¿Que aún os queda hambre? ¡¡Tragones!!Pues con este plato ya rematamos la faena, tanto que sólo pudimos con la mitad (no por que estuviera malo, al contrario, sino porque era imposible meter más comida al cuerpo), ofreciéndonos Gonzalo y Jesús gentilmente el resto en cómodos tuppers de los que dimos buena cuenta en la cena. "Tortilla Pastora (o Campera, no estoy seguro) en hojaldre". Es una tortilla sobre una base de hojaldre ligero que está acabada al horno, recordando a un quiché, pero mucho más suave y esponjosa. Un sorprendente acierto el sustituir la patata por manzana, consiguiendo una textura muy suave. Coronado todo ello con unas lonchas de jamón leonés ahumado tremendamente rico.


Llegamos sin hambre al postre, todo un placer para los amantes del chocolate. Gonzalo dice que "se come todo menos el plato", y en efecto así es. Chocolate trufado con polvo de oro, bombones de chocolate blanco (menos dulzones de lo que suele ser habitual en este tipo de chocolate, cosa que es de agradecer), miel de León, frutos rojos, cristales de azúcar de varios colores y figuras de caramelo crujiente que le daban al plato vida propia. Nos costó, pero pudimos con ello, jejejeje. Un gran acierto el experimento "sobre la marcha" (en el que ves a Gonzalo con los ojos brillantes mientras escuchas el ronroneo de la maquinaria en su cabeza preparando la siguiente variación de la receta), de echar un poco de orujo de hierbas (tan típico de la montaña leonesa) para combinarlo con los bombones de chocolate blanco.

Acabando la comida, el rito de encender una vela pidiendo cada comensal un deseo, con la promesa de dejar que se consumiera y apagara sola, ya que está más que comprobado por experiencia propia de Gonzalo que se cumplirá. (¡Eso espero!)

Un diez en la comida, y un mil en el trato. Espero volver no tardando mucho, y espero que el arte del Chef Gonzalo en la cocina y en la vida se alargue por muchos, muchos años y que su forma de ver la cocina en general y la leonesa en particular sea imitada cada vez más. Simplemente gracias por darnos unas horas de felicidad comiendo en su casa.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Restaurante Cobo Vintage (Burgos)

¡Felices fiestas a todo el mundo! Encarrilamos la última semana del año con una visita esperada desde hace meses. Llevaba deseando hacer visita al restaurante que abrió el Chef Miguel Cobo en Burgos tras su paso por el programa Top Chef, y justo cuando me decidí gracias a querer hacer una entrada del blog con este restaurante, le acababan de otorgar una estrella Michelín, con lo que ya mataba dos pájaros de un tiro. El restaurante está situado junto al río Arlanzón, en la Calle  de la Merced número 19 de Burgos. En su página web cobovintage.es podéis ver más fotos del restaurante y de algunos platos, así como realizar reservas desde la misma y consultar los menús.



Curiosamente había oído varias opiniones sobre el restaurante o mejor dicho sobre su cocina. Tengo bien claro que el dicho "Has de creer de lo que veas la mitad y de lo que te cuenten nada" se suele cumplir, ya que muchas veces las envidias hacen que la gente saque la bilis criticona que hace imposible decir nada bueno sobre alguien o sobre su trabajo. Directamente me habían hablado muy bien personas que han estado varias veces y han repetido siempre muy satisfactoriamente. En cuanto a las críticas desfavorables, todas resultaban ser de terceras personas y nadie me hablaba mal por experiencia propia, sino que siempre era lo de "me han dicho...". Personalmente, os puedo asegurar que con mi experiencia salí muy contento y con ganas de repetir. Me acompañaba una persona que es muy sincera con sus gustos culinarios, y cuando algo está bueno, lo dice, y lo mismo al contrario.
Vamos pues con el relato de un viaje a lo largo del menú degustación denominado "Subiendo al Escudo".

Ante todo, quiero remarcar que el trato fue exquisito en todo momento por parte de todo el personal, desde el Jefe de Sala, que es un profesional ya bastante conocido en la ciudad por su buen hacer, pasando por el resto de personal de sala, siempre rápidos y diligentes, hasta el propio Chef que a menudo pasaba por las mesas explicando y presentando algún plato y comprobando que todo estuviera a gusto de los comensales.


El vino elegido para acompañar la comida fue un PSI Crianza 2013 D.O. Ribera del Duero de las bodegas Dominio de Pingus. Un tanto pasado de fuerza a mi parecer, quizás un vino que necesita más tiempo de decantado para respirar.


Degustación de aceite de oliva Arbequina y diferentes panes incluida en el menú, muy buen detalle.



Para abrir boca, un pequeño aperitivo consistente en una corteza de trigo con salsa marina, mejillón y alga wakame. Mucho sabor en tan poco espacio, pero muy bien conjugado.


Un pequeño cambio en el menú por una intolerancia con el salmón por parte de mi acompañante derivó en la grata sorpresa de un ceviche de lubina fresco y muy bien aliñado, una explosión de cítricos agradecida para despertar el paladar.


Uno de mis bocados favoritos del menú, unos conos crujientes con tartar de sardina y emulsión de ahumados que estaban deliciosos... ¡Daban ganas de pedir una docena, jejeje!


Siguiendo con los entrantes, unas croquetas melosas de leche fresca de vaca que se deshacían en la boca (y en la mano si no tenías cuidado). Muy sabrosas y suaves.


Un plato que me gustó mucho y me sorprendió. Tallarines de calamar fresco con apio, maracuyá, huevas y en la probeta que se ve un licuado de manzana, tomate y albahaca. Me quedé con las ganas de haber echado el líquido en el plato porque hubiera sido muy bonito visualmente, pero al servirnos el plato insistieron en que no lo hiciéramos, ya que de hacerlo los tallarines se cocinarían con el ácido del líquido y había que comer un poco de lo del plato y acompañarlo con un trago del tubo. Muy ricos y curioso el probar el calamar en crudo que resultó un grato descubrimiento.


El plato que me resultó más curioso de todos, una endivia cocida (siempre las había comido frescas) sobre suero de leche. Acompañada de cacao, puré de naranja y granizado de limón. Una mezcla nada habitual pero muy curiosa, con matices agrios y amargos que seguían preparando el paladar para los siguientes platos.


Otro de mis favoritos: Canelón de pato con foie, fondo muy reducido de carne y aire de hibisco (flor de Jamaica). El relleno del canelón muy sabroso con una textura suave, la pasta fina y perfecta y el toque ácido del aire dándole una limpieza agradecida en nariz. Muy curioso el toque del cumquat o naranja china, no lo había probado antes.


He de decir que a partir de este plato el seguir comiendo fué cuestión de gula, para los que dicen que al ser raciones tan pequeñas se van a quedar con hambre...para nada, os lo aseguro. Esta cazuelita o coccotte de pochas con callos de bacalao supone por sí misma un buen plato de cuchara que os dejará con la panza llena, Las pochas estaban deliciosas, como mantequilla en la boca, y la "sabrosura" llenaba la boca con cada cucharada.


Otra exquisitez que nos puso los pelos de punta a mi acompañante y a mí de lo rica que estaba: Chicharro ahumado en brasa, jugo de roca, puré de chiribías y de manzana. Cada bocado exquisito con matices ahumados, dulces, salados... de diez.


El final de platos salados perfectamente logrado con una presa de bellota en su punto que se deshacía en la boca de puro tierno. Pincelada de ajo negro y jugo muy reducido similar al del canelón, puré de chiribías y de naranja, y un pequeño cambio en que sustituyeron el torto de maiz por un cogollo braseado, pero se lo perdonamos.


Comenzamos con los postres. Una panna cotta de apio con apio hilado fresquísimo, sirope de limón, hinojo y nieve de coco. Una grata sorpresa en la que mi acompañante, a quien no la gusta el apio, descubrió que la encantaba después de probarlo. Muy buena combinación de sabores frescos y nada empalagosos.


Otro postre, éste más tradicional por sus componentes: compota de manzana, tierra de galleta y helado de coco. Sencillo y agradable, sin destacar mucho.


Junto con los cafés nos trajeron los "petit fours", muy de moda últimamente. También muy ricos, bocaditos para rematar la comida y acompañar los cafés perfectamente. Compuestos de bizcocho de almendra casero, gominola de naranja sanguina y roca de nuez y oro. Un gusto haber podido degustar la cocina del Chef Cobo, sin duda habrá que volver para atacar la carta cuando sea posible.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Restaurante Maridaje's (Burgos)

Inauguro los relatos de mis experiencias culinarias como comensal en diferentes restaurantes. En este caso, comienzo por un establecimiento muy cercano a mí, ya que además de estar en mi barrio, lo regentan dos personas a las que conozco desde pequeño y a los que he visto evolucionar en su negocio de hostelería, sabiendo perseguir sus metas, combinando su pasión por la cocina y adaptándose a la evolución de la misma. José María y Pili junto con sus camareras Aitana y Marta consiguen que hasta un menú del día se convierta en una comida excepcional, tanto por la calidad de la comida como por la ejecución de los platos, el servicio al comensal y el local tan acogedor. Para quien no lo conozca, tenéis toda la información en su web: restaurantemaridajes.com o podéis acercaros a conocerlo en persona de martes a domingo en la calle San Cosme, nº 22, en Burgos.



Mi experiencia hasta hoy se había limitado a comer el menú del día, quedando siempre gratamente sorprendido por las cantidades, las calidades y la presentación de los platos. Tenía siempre la espinita clavada de comer a la carta y probar de verdad la mano que tiene Jose María Temiño como cocinero, de sobra conocida en el panorama hostelero burgalés por su buen recorrido como cocinero y sumiller, de modo que ayer me lié la manta a la cabeza, y aprovechando que tengo unos días de vacaciones y podía comer con tranquilidad, pues me decidí a reservar mesa para disfrutar de un menú degustación, y vaya si he disfrutado...

Os comento que en todos los platos he tenido atención personalizada por parte tanto de Pili, que me ha explicado los detalles de cada plato, como de Aitana, que se ha encargado de maridar cada plato y me ha ilustrado sobre cada caldo con diligencia.

Bien, pues una vez hechos los preámbulos, comenzamos el relato de la experiencia:


Para comenzar, un "calentamiento" de todas las zonas gustativas, mediante un "Tricolor de temporada en escamas de hielo" consistente en diferentes licuados de melón, manzana Granny Smith, gazpacho y acompañado por un mojito de tónica, pasando así por todo el espectro de sabores (dulce, ácido, salado y amargo), una forma original y refrescante de preparar el paladar.


El siguiente paso ha sido también refrescante a la par que sabroso (por cierto, siento lo de que esté empezado, la falta de costumbre de tener que tomar la foto antes, 😅). Se trataba de un tartar de tomate perfectamente aliñado con un velo de gambas blancas de Huelva y sal al aroma de limón sobre lecho de ajoblanco (riquísimo) y maridado con un vino blanco seco (tipo fino) "Maruja" D.O.San Lúcar de Barrameda bien fresquito.


Para seguir la degustación, con el mismo maridaje han salido unas cabezas de espárragos rellenas de salmón gratinadas con alioli de manzana y flor de pepino con una reducción que no estoy seguro si era de Módena o PX (problema de memoria mía, no por que no me lo hayan dicho). Sabores muy sutiles pero con personalidad propia por separado y juntos, seguimos disfrutando y acompañando los bocados con el maridaje que tan bien les sienta. (y me lo quedo de idea para hacer en casa,jiji).


Ayyyyy, que me puede el ansia!!!! Otra vez me he lanzado a empezarlo antes de hacer la foto, pero es que en cuanto acaba de Pili de describirte el plato estás deseando probarlo! Y este se trataba de un medallón de manitas deshuesadas braseadas a la plancha con una crema de garbanzos pedrosillanos y tierra de chorizo con un toque de aceite de oliva exquisito. El sabor de este plato es excepcional, te traslada a la infancia, comiendo un rico cocido de garbanzos pero cremoso y ligero, un diez de todas todas. Además, para redondear la "faena", en el maridaje de este plato un vino excepcional, "Luis Cañas" D.O.C.A. La Rioja, que me ha sorprendido muy gratamente tanto en nariz como en boca, una delicia y la combinación con el plato, aún mejor.


Llegamos al ecuador de la degustación, con un plato que me ha encantado, por sus toques asiáticos, su profundidad de sabores y su suavísima textura (se deshacía en la boca!). Un Carpaccio de pez mantequilla exquisito con mandarina, rabanitos, aliño estilo thai y goma wakame, que cada bocado no hacía falta ni masticar de lo fresco que estaba todo, realmente delicioso, me ha encantado. El maridaje en este caso ha sido un vino blanco Alvariño "Marieta" fresquito, que ha hecho resaltar el sabor del pescado a niveles celestiales, mmmmm... Aún lo siento en el paladar, jejeje.


Oops, lo he vuelto a hacer! de nuevo metí el cubierto antes de la foto. Un pequeño viajecito a Turquía con un tatín de cordero lechal con cuscús, frutas pasificadas, perlas de romero y salsa de yogur. Sabores y texturas geniales, con el crujiente de las frutas y el cuscus en su punto, y el cordero tan tierno que sobraba el cuchillo. Por lo visto, se asa a baja temperatura durante 10 horas, así que estaba tiernísimo y bien sabroso. Este plato iba maridado con un vino de la tierra, un D.O. Ribera del Duero Crianza "Cepa Gavilán" muy rico con el cordero.


Y vaya forma excepcional de acabar una comida perfecta: una reinvención del postre del abuelo que lo ha elevado a la gloria bendita. Qué gozada de sabores, texturas y combinación de todos ellos! el queso convertido en helado (que si me dejan un kilo de él me lo como), una espuma de miel que la ha convertido en algo ligero y aromático, y unas nueces garrapiñadas perfectamente que le daban el toque crujiente para redondear el plato. Todo ello acompañado por un vino de moscatel muy suavecito y rico con D.O. La Mancha "Finca Antigua".

Una experiencia genial y que se repetirá sin duda. En otra ocasión habrá que atacar la carta con la mejor de las expectativas.