miércoles, 22 de mayo de 2019

Arroz con leche Aromatizado y Caramelizado

Bueno lo que traigo hoy... Vamos a saltarnos la dieta pero ya que lo hacemos lo vamos a hacer muy pero que muy bien. La receta con la que vamos a pecar es: Arroz con Leche aromatizado y caramelizado. Inspirado en recetas típicas asturianas y en la interpretación de las mismas de la mano del chef Nacho Manzano.


El aroma que vamos a darle, aparte de la típica canela y la cáscara de limón, es el de vainilla de Madagascar, toda una delicia. En Burgos podéis encontrarla en nuestra tienda de aromas y especias favorita: Al Peso, en Calle Progreso nº 33.


El caramelizado se lo haremos una vez frío y en los recipientes con un poco de azúcar y un caramelizador o un soplete de cocina.

Vamos a ponernos al lío, ya que esta receta nos llevará cerca de 3 horas (sí, sí, ya que la vamos a hacer en plan tradicional...). Pero antes de empezar, apunte muy importante: el azúcar no se echa al principio, se echa casi al final, ya que sino el arroz se nos pegaría inevitablemente al fondo de la cazuela, estropeando la receta.

Ingredientes (salen unas 12 raciones):

  • 3 litros de leche (entera y si es posible, fresca).
  • 150 gramos de arroz redondo (que sea del normal, nada de vaporizados).
  • 125 gramos de mantequilla.
  • 300 gramos de azúcar (yo lo he rebajado a 200 gramos, no me gusta demasiado dulzón).
  • Cáscara de limón (sólo la parte amarilla de medio limón, unas 4 tiras). Yo tengo la suerte de contar con un limón fantástico de la huerta granadina que me han regalado unas amigas que está para comerlo a "bocaos".
  • 1 rama de canela.
  • 1 vaina de vainilla de Madagascar.
  • 1 pizca de sal.

Preparación:
  • Lo primero que vamos a hacer es poner al fuego una cazuela con la leche y esperar a que hierva, con cuidado de que no desborde. Un apunte: A lo largo de toda la receta es muy importante prestar atención casi de continuo y remover bastante con una cuchara de madera para evitar que se nos pegue el arroz al fondo y que se nos pueda quemar al agarrarse, lo que daría un sabor desagradable a nuestro postre.
  • Mientras se calienta la leche, lavamos el limón y con ayuda de un pelador sacamos 4 tiras de piel (si lo hacemos con cuchillo intentaremos coger sólo la parte amarilla, sin nada de blanco, ya que amargaría un poco).
  • Con una puntilla y con cuidado cortaremos la vainilla a lo largo por la mitad y rasparemos el interior con el filo del cuchillo para sacar las semillas.

  • Una vez que la leche empiece a hervir, bajaremos a fuego medio-bajo y echamos la canela, la vainilla (vaina y semillas) y la cáscara de limón. pasados 5 minutos añadimos el arroz y coceremos durante unos 30 minutos, removiendo muy a menudo para evitar que se nos pegue al fondo y vigilando la potencia del fuego. Lo ideal es un hervido muy suave.


  • Pasado este tiempo, añadimos la mantequilla en trozos y seguimos removiendo muy a menudo durante otros 40-50 minutos. Veremos que la mezcla va espesando un poco y el arroz poco a poco va teniendo más presencia dentro de la cazuela.


  • Cuando tengamos el punto de líquido en nuestro gusto, añadiremos el azúcar y removemos durante otros 5 minutos, terminando la cocción. Retiramos la vaina de vainilla, las pieles de limón y la canela (seguramente tendremos que pescar varios trozos de esta última).


  • Servimos en recipientes individuales o bien en una fuente grande y dejamos templar. Una vez enfriado, metemos a la nevera unas horas para que termine de enfriarse más y tenga una consistencia menos líquida.
  • Cuando hayan pasado estas horas y tengamos ya el arroz con leche bien frío, procedemos a poner una capita de azúcar por encima del mismo, y con ayuda de un soplete o de un caramelizador quemaremos el azúcar, creando una capa de caramelo crujiente.



Y así hemos conseguido hacer un arroz con leche de quitarse el sombrero, inspirado en las recetas asturianas, con el dulzor justo y con unos aromas excepcionales. Dos pequeños consejos: se puede añadir en la cocción algún chorrito de licor como anís o pacharán para dar otro toque más si os gusta. También podéis aprovechar las pieles del limón y en vez de tirarlas podéis picarlas y mezclarlas con el resultado final antes de repartirlo en recipientes, le dará un toque muy interesante.

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