jueves, 30 de marzo de 2017

Mussaka (Grecia)

¡Feliz jueves a todos! Con unos días de retraso os traigo una nueva receta con la que continuaré mi viaje alrededor del mundo culinario, esta vez seguimos en el Mediterráneo y nos acercamos a Grecia, otra fuente de comida sana (aceite de oliva, productos de la huerta, pescados azules, queso, aceitunas, hierbas aromáticas...) con una gran presencia de verduras y legumbres.
Esta semana daré rienda suelta a mi afición por las berenjenas y haremos una Musakka: se trata de un pastel de berenjenas y cordero con aspecto de lasaña, pero que no lleva pasta alguna.



Es un plato muy conocido de la gastronomía griega, al igual que sus yogures y la integración de éstos en diferentes platos. El protagonismo de la huerta en estos lares es indiscutible, con el claro reinado de las berenjenas y los tomates sobre todo. Otra receta que os enseñaré más adelante serán las berenjenas rellenas, plato del que los griegos han hecho todo un arte (¡Les encanta rellenar verduras!).
La versión que os traigo es la receta tradicional griega, que se hace con carne de cordero picado (y por tanto más grasa), por lo que os recomiendo comerla bien caliente para que el aroma de la grasa del cordero no gobierne el plato. Se podría hacer una versión más "españolizada" (y también menos auténtica) con carne picada de ternera en vez de la de cordero, pero a la ternera no la va tan bien la canela que se usa en esta receta.
Bueno, y sin más dilación vamos al lío que ya hay hambre:



Ingredientes (4 personas):

  • 400 gramos de carne picada de cordero (Suele ser raro que en la carnicería la tengan picada, por lo que os tocará comprar un trozo y sacar la carne para picarla en un robot de cocina o una picadora. Yo compré una pierna de cordero lechal, la deshuesé y separé la carne bien limpia de grasa, y me llegó justa para este plato).
  • 3 berenjenas no demasiado grandes.
  • 1 cebolla.
  • 2 dientes de ajo.
  • 3 tomates bien maduros.
  • 100 gramos de queso rallado para gratinar.
  • 150 ml de vino blanco.
  • Aceite de oliva para freir las berenjenas.
  • Sal y pimienta.
  • 1 cucharada de orégano.
  • 1 cucharadita de canela molida.
  • 1 cucharada de mantequilla.
  • Para la Bechamel: 30 gramos de harina, 30 gramos de mantequilla, 250 ml de leche, una pizca de nuez moscada, una pizca de sal y una yema de huevo.
Preparación:
  • Lo primero que vamos a hacer será lavar bien las berenjenas y cortarlas en láminas (a lo largo o a lo ancho, como más rabia os dé, aunque a lo largo será más cómodo). Las ponemos extendidas en una fuente (o sobre un papel de cocina en una superficie), las salamos y las dejamos 30 minutos para que suden y suelten el amargor mientras nos ponemos con las demás elaboraciones.
  • Pelamos los tomates, retiramos las semillas y los picamos.
  • En una sartén ancha derretimos la cucharada de mantequilla y echamos la cebolla y el ajo bien picaditos.

  • Cuando se dore, incorporaremos la carne picada y subiremos el fuego para saltearla bien unos minutos hasta que cambie de color.

  • Añadimos los tomates a la carne, y echamos también el orégano, la canela, el vino y salpimentamos a nuestro gusto. Lo dejamos cocinar a fuego lento unos 30 minutos removiendo de vez en cuando o hasta que casi haya reducido el líquido por completo.

  • Mientras tanto, podemos ir friendo las berenjenas en aceite de oliva bien caliente, y las iremos poniendo en una fuente con papel absorbente para que escurran el exceso de aceite.


  • Precalentamos el horno a 180 ºC y engrasamos extendiendo unas gotas de aceite por el fondo de una fuente de horno. En esta fuente vamos poniendo una capa de berenjenas y otra de carne, acabando siempre con una de berenjenas. (si son muy finas las láminas podéis hacer capa doble de berenjena). A mi, en una fuente de 26 cm. x 18 cm. me ha dado para tres capas dobles de berenjena (eran láminas bastante finas) y dos de carne con tomate (mitad y mitad), para que tengáis una referencia.

  • Vamos con la Bechamel: En una cazuela antiadherente ponemos a calentar la mantequilla con la nuez moscada. Cuando se haya disuelto añadimos la harina y removemos con una cuchara de madera, de esta forma nos quedará una salsa seca (una roux), que tostaremos un poco con cuidado que no se nos queme.

  • Salamos un poco y añadimos (sin dejar de remover) poco a poco la leche. Subiremos el fuego y no paramos de remover para evitar que se formen desagradables grumos, hasta que tenga la consistencia deseada (en esta ocasión un poco líquida mejor, para que "bañe" bien el resto de preparaciones) y la retiramos del fuego. La vamos a "enriquecer" con la yema de huevo y la  mitad del queso rayado (veréis como a partir de ahora la preparáis siempre así, jejeje). Si en la foto puede parecer que hay grumos, os aseguro que no es así. Es por el queso rayado que tiene ese aspecto, y al calentarse en el horno se derretirá y quedará bien cremosa.

  • Tapamos lo que teníamos en la fuente de horno con la bechamel y repartimos por encima la otra mitad del queso.

  • Metemos al horno y hornearemos durante unos 20 minutos, sacamos con cuidado de no quemarnos y serviremos en raciones en los platos para comerla bien caliente. ¡¡Vais a ver que deliciosos aromas y sabores!!


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